Para empezar la crítica tengo que decir que reservamos mesa para tres personas el día anterior y el señor que me atendió al teléfono lo hizo de manera bastante desabrida y maleducada, cosa que se repitió al llegar al restaurante; daba la impresión de que estábamos molestando. Mención aparte merecería su indumentaria y los brazos llenos de tatuajes, cosa que personalmente no me parece estético en absoluto ni acorde con el resto de la imagen del local. Algo que a día de hoy me parece fuera de lugar es que no haya carta física prácticamente en ningún local, lo que obliga al cliente a llevar un móvil, tener una aplicación para leer el código qr y saber usarla. En los peores tiempos del coronavirus tenía explicación pero actualmente creo que no. Para picar nos pusieron unos panes calientes, que estaban bastante aceptables, con tumaca para untar y una mantequilla a las finas hierbas, bien en líneas generales; lo que no es de recibo es que en la cuenta final ponga que es cortesía de la casa y te lo cobren; una de dos: o es cortesía de la casa y, por tanto, se le regala al cliente, ( que no lo pedimos), o se le pregunta al cliente si lo quiere y se le cobra. Algo que se agradece es que tengan vinos del Bierzo, que es bastante difícil de encontrar en la mayoría de las cartas, en concreto el Petit Pitaccum, altamente recomendable, y servido a su temperatura, lo cual es aún más difícil de conseguir. En cuanto a la comida, pedimos una ración de papas bravas que nos sorprendieron gratísimamente; sin duda de las mejores, por no decir las mejores de toda La Laguna. Luego nos trajeron unos huevos rotos Ossuna, que adolecían de los defectos típicos en este plato tan socorrido: le faltaba chorizo y la yema de los huevos estaban demasiado hechas, con lo cual la esencia del plato se diluye. Para acabar con la comida, nos pusieron un secreto de cerdo en su punto perfecto y con una guarnición de papas fritas especiadas realmente fantásticas y que casi se somían solas. Eso sí, el precio del secreto, 19.50€, me parece absolutamente desorbitado, teniendo en cuenta que hay muchas tascas en La Laguna que lo sirven a 5€ menos. Algo que es muy de agradecer es que tuviesen pacharán, que es prácticamente imposible de encontrar en otras tascas, pero de nuevo a un precio demsiado alto en comparación a alguna que otra tasca que sí lo tiene. No se puede pretender pagar la botella sirviendo copa y media. También me gustaría decirles que se echan mucho de menos las sillas altas que había a la entrada y que han sustituido por mesas bajas, sin explicación aparente, al menos a mi entender. También sería de agradecer una iluminación cálida en vez de fría y la música ambiente un punto más bajo. Todo eso haría del local un sitio más acogedor y la referencia de las buenas tascas de La Laguna, que son son tantas.